
Literalmente “deshojaba margaritas”. Tomaba la guía telefónica, anotaba direcciones, estudiaba movimientos y colándose en sus cuartos las sorprendía por la espalda.
-¿Así que te llamas Margarita? -musitaba al amordazarlas, recordando a aquella que lo había abandonado y repitiendo una y otra vez “me quiere, no me quiere; me quiere, no me quiere...” mientras las descuartizaba.
REMR
4/dic./2009
3 comentarios:
síntesis y humor negro!!! bueno! un saludo amiga - hl
Un micro relato muy bueno.
Más que humor negro,éste personaje tenía humor criminal.
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